viernes, 17 de octubre de 2008

CAPÍTULO 12: LA NOCHE DE SAN JUAN




El mundo de los deseos es como una interminable vía por la que circula el tranvía de las posibilidades. Verlo, tomar conciencia de su existencia y viajar en él o no, depende de algo tan importante como la voluntad de acción y la memoria. Un deseo no es gratuito, pero sí efímero, aún más, si lo dejamos morir en el olvido. Al pronunciarlo hemos comprado el ticket para poder viajar en el tranvía del deseo, pero luego debemos mover nuestra energía...


Martín, su hija Lucía y su fiel perro Roco estaban dando un paseo tranquilamente en el campo cuando de repente se encontraron con tres desconocidos tirados en el suelo inconscientes. Eran tres personajes muy raros, y además, tenían un animal con ellos, un conejo parecía ser.


Cuando por fin despertaron, Martín y Lucía se echaron hacia atrás. Esos tres traían consigo armas, y podían ser peligrosos.


YERAY: Hola, disculpen, ¿dónde estamos?


MARTÍN: En el campo, en lo alto de la montaña, ¿quienes sois?


FRANK: ¡Somos piratas!


CHARLOTTE: No le haga caso, somos forasteros...


MARTÍN: ¿Cómo habéis llegado aqui?


YERAY: Es un poco largo de explicar, digamos que íbamos de viaje y hemos caído aqui.


MARTÍN: ¿Caído? ¿Cómo caído?


CHARLOTTE: Mire, ¡somos unos viajeros del tiempo!


LUCÍA: Uoh! Yo siempre he soñado con viajar en el tiempo. Papá, papá, invítales a cenar con nosotros, porfa, porfa!


MARTÍN: Bueno, no sé... ¿queréis cenar?


FRANK: Sí, por favor! Me comería una ballena entera ahora mismo!


Los tres viajeros recogieron sus pertenencias y fueron hasta donde Lucía y su padre tenían sus mochilas de acampada. Iban a pasar toda la noche en el campo. Luego estuvieron recogiendo leña, y cuando cayó la noche se sentaron alrededor del fuego.


LUCÍA: Sabéis que hoy es una noche muy importante, ¿no?


CHARLOTTE: ¿Por qué? (preguntó extrañada)


MARTÍN: Esta noche se celebra San Juan. Desde la antigüedad se celebran ritos muy importantes durante esta noche, pues comienza el solsticio de verano.


LUCÍA: Sí, y además, dicen que si apuntas tus deseos en una hoja de papel y los quemas en el fuego, se te cumplirán!


La niña se puso en pie, sacó un trozo de papel de su bolsilló, lo besó, y lo arrojó al fuego que pronto lo devoró.


MARTÍN: ¿Cuáles son vuestros deseos?


CHARLOTTE: Mi mayor ilusión es encontrar un gran tesoro, y ser feliz con mis riquezas. O quizás ser una reina. Aunque con ser una gran mujer reconocida, me conformo. Ja ja ja.


YERAY: Mi sueño sería dar un espectáculo de magia delante de un gran público, como ya hicieran mis antepasados. Ellos tenían más capacidad que yo para atraer al público...


Osiris y Roco se lamían los hocicos, mientras Frank Sparrow miraba las llamas.


MARTÍN: Mi deseo sería que mi esposa volviera desde el cielo, con Lucía y conmigo...


LUCÍA: ¡Mis deseos son secretos! ¿Y los tuyos, Frank?


FRANK: Yo... yo desearía volver a ver a mi padre.


El rostro de Frank Sparrow se nubló de tristeza. La siempre cara de felicidad del pirata, se enturbió con una sombra.


CHARLOTTE: ¿Tu padre... murió?


FRANK: No, al menos que yo sepa. Un día embarcó con su tripulación pirata en busca de tesoros, y nunca regresaron a casa. Nadie sabe qué ocurrió.


YERAY: Quizás algún día puedas volver a verlo. La vida da muchas vueltas; además, hoy puede cumplírsete tu deseo.


FRANK: Ojalá...


El pirata se levantó, y se alejó un poco del grupo. La luna brillaba más que ningún otro día del año, o quizás sólo era su visión de la misma. Quizás eran las lágrimas que resbalaban por su mejilla las que hacían verla brillar de esa manera...


Quizás.


1 comentario:

Anónimo dijo...

:O Breve mezcla entre místico y sentimental,mola la hospitalidaridad de Martín y su hija,a ver a que epoca han ido a parar,no hay nada mejor que la magia de la noche de San Juan. Me hizo sonreir eso de "Osiris y Roco se lamían los hocicos" jajaja

...Fran!