miércoles, 19 de noviembre de 2008

CAPÍTULO 18: EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS




Frank Sparrow no lo dudó ni un instante, y una vez se disipó la niebla mágica, se lanzó ferozmente hacia el capitán Barbasnegras. Éste, que aún estaba intentando hipnotizar al comandante Jones para convertirlo en su esbirro, no se dio cuenta de su llegada, y le pilló por sorpresa el ataque.


Las espadas de los dos piratas se chocaron en un estallido de chispas metálicas. El joven Jones se alejó de la batalla asustado. Barbasnegras estaba confuso, no parecía entender por qué le atacaba aquel joven pirata, sin motivo aparente. ¿Cómo iba a pensar, si quiera, que aquella lucha tenía que ver con los sucesos futuros que acontecerían si Jones se aliaba con él?


Frank pensó en su padre y Charlotte, las dos personas que más quería, muertas por culpa de aquel hombre que tenía en frente de sí, y entonces sacó más fuerza de su interior, y con su espada empujó más y más al capitán. Éste no podía creer que estaba retrocediendo sus pasos, hasta tal punto de que sus pies empezaron a quedarse sin suelo que pisar, cada vez más cerca del precipicio. Las olas del mar golpeaban con fuerza el acantilado, mientras Frank Sparrow luchaba en la última esperanza que tenía a través del tiempo. Y entonces, la brújula mágica brilló nuevamente, esta vez apuntando a la cara del capitán Barbasnegras, que cegado por la luz tan intensa, perdió el control de la batalla, y se precipitó al vacío…


Cuando Frank se giró, descubrió a un asustado Jones, que temía tener que enfrentarse a aquel pirata salido de la nada, que acababa de matar a un hombre.


FRANK: Tranquilo muchacho, no voy a luchar contigo.


JONES: ah… (Respiró aliviado).


FRANK: Este hombre pretendía hacer muchas desgracias en el futuro. No sé si es justo o no detener la vida de alguien en un momento dado. No estoy seguro de si el fin justifica o no los medios. Pero si se me ha brindado la oportunidad de hacerlo, es porque era mi destino. Así mismo, hoy se te da la oportunidad de vivir libremente, para que hagas buenas acciones en lo que te queda de vida. Tu obligación ahora será la de proteger y servir a David Sparrow, tu verdadero capitán. Estoy seguro de que nos volveremos a ver, y comprobaré si has llevado a cabo tu misión.


JONES: Estuve tentado de hacer malas acciones… ¡Y contra mi capitán! Siento asco de mí mismo, pero te prometo que eso no ocurrirá jamás. Me esforzaré por ser el mejor marinero de su tripulación, seré su comandante.


FRANK: Tengo la certeza de que lo lograrás…


La brújula se iluminó, y rodeó con su luz al pirata, que instantáneamente fue trasportado a un espacio temporal donde se encontró con Yeray, Osiris, y… ¡Charlotte! La chica le sonreía con fuerza, se la veía feliz (y lo mejor de todo, ¡estaba viva!). Al otro lado del plano de la realidad pudieron ver al capitán David Sparrow y al comandante Jones juntos.


DAVID: Jones, ha sido muy curioso, esta noche he tenido un sueño en el que volvía a ver a mi hijo, convertido en todo un capitán pirata…


JONES: Mi capitán, estoy seguro de que tarde o temprano conseguiremos abandonar esta isla, y podrá regresar a buscar a su hijo. Si no, siempre cabe la posibilidad de que él le encuentre a usted.


La escena se perdió en el tiempo, y los tres viajeros se miraron satisfechos. Por fin habían conseguido salvar la situación tan terrible que habían estado pasando. Frank descubrió en el suelo que también estaba ahí su sombrero de capitán con la pluma de fénix que pronto se colocó en la cabeza. Sujetó un momento en su mano el pañuelo verde de su padre, y lo miró con ternura.


FRANK: Charlotte, creo que deberías llevarlo tú.


CHARLOTTE: ¿Pero qué dices? ¡Es el pañuelo del capitán Sparrow!


FRANK: Por eso mismo, él estaría orgulloso de que una joven pirata con tanto valor lo llevara.


CHARLOTTE: Frank… muchas gracias… es todo un detalle por tu parte.


La joven pirata besó con ternura la mejilla de Frank, y miró hacia otro lado ruborizada. Al pirata se le dibujó una enorme sonrisa en la cara e, incluso, le brillaron los ojos.Una vez puesta en marcha la brújula mágica, un chispazo verde los desconcertó.


YERAY: ¿Qué ocurre?


Todo se quedó a oscuras de repente, y a lo lejos se iluminó una macabra cara naranja, con una tétrica sonrisa en el rostro. Una malévola carcajada los sobrecogió:


- Feliz Halloween… Ja, ja, ja…



- Continuará… -


1 comentario:

Capulla" dijo...

Ayy!! Me encanta lo de calaveras!!

Tengo que ponerme al día con todo esto, que ya vas por el capítulo 18 y yo no me he leído ni el primero (es que no soy una persona muy leída yo...). Pero lo haré, don't worry!!

Yo se que todos los piratas temen a la gran Capulla" y que nadie se atreve a enfrentarse a ella (más que nada porque siempre va oculta entre las sombras para que nadie la vea)

:D